En la variedad está el gusto, dicen. Por eso, hoy les traemos el fotógrafo alemán/australiano Helmut Newton (1920-2004). Si bien es cierto que el nicho de Newton se sitúa en la fotografía de moda -trabajó en revistas como Vogue y Elle-, su trabajo trasciende esos límites para ofrecer una mirada que lo ha transformado en uno de los fotógrafos más influyentes del siglo XX, al forjar memorables iconos de la cultura occidental; no solo respectivos al mundo de la moda, el lujo y el consumo, sino que también relativos al arte (es posible distinguir algunas citas en relación a éste), la música y el cine.

 

Por lo demás, resulta interesante notar el tratamiento que Newton propone para la mujer y su figura, considerando las representaciones e interpretaciones de este tema a lo largo de la historia del arte. Sus composiciones tienen algo teatral sin ser neoclásicas ni barrocas/manieristas. Sus mujeres tienen una determinación y radicalidad casi masculinas, manteniendo su armonía y sensualidad. Además, el manejo de la luz se hace doblemente impresionante al considerar que Newton trabajaba de manera muy sencilla, con pocos focos y empleando casi siempre luz natural; lo que puede parecer imposible para las grandes producciones de la industria de la moda.

De este modo, les dejamos parte de su trabajo sobre el que el mismo Newton reflexiona: “Una buena fotografía de moda debe parecer cualquier cosa menos una fotografía de moda: un retrato, una foto recuerdo, una de paparazzi”.

 

Juzgue usted mismo, y dibuje -o desdibuje- los límites entre arte, fotografía y moda.