Este proyecto es un gran ejemplo de como las fronteras entre disciplinas se van diluyendo,
para así dar paso a obras magníficas. Una propuesta novedosa, sin duda.

En este caso, arquitectura y artes visuales se unen a través del trabajo conjunto de la oficina holandesa IAA Architecten y los artistas polacos Jan Smaga y Aneta Grzeszykowska, quienes proyectaron este hotel dentro del marco del Festival de las Artes de Grenswerk, Holanda.

El resultado es un pabellón, donde la gente que viene a al festival puede encontrar alojamiento de bajo costo. El hotel no es sólo un lugar para quedarse, sino también una obra de arte. Las personas que reservan una habitación, se convierten en una parte de la obra y pueden ser vistos por los transeúntes. «Si un invitado en medio de la noche prende la luz para realizar su lectura, todo el mundo lo puede ver.»

El perímetro del conjunto está construido por celosías, a través de las cuales los transeúntes y espectadores pueden ver a los huéspedes del hotel  como obras de arte y viceversa.

Las estancias temporales son de 3 semanas. El hotel dispone de cinco habitaciones aisladas, hacia la fachada oeste del Museumlaan [Museo de la avenida]. Detrás, cuenta con un jardín interior, sala de desayunos y un baño compartido, con un inodoro y ducha.

«La idea es que la individualidad de las habitaciones se proyecte hacia la articulación de los espacios para compartir. Las personas que se quedan durante la noche, se reúnen entre sí en el desayuno y comparten sus experiencias… Quién sabe si se abre la posibilidad de conocer a unos amigos para el resto de la vida. «